Xuriach presenta un espectáculo familiar para explicar a los más pequeños la influencia que tuvo la música y la danza francesa en nuestra cultura a comienzos del siglo XVIII.
La redacción de un tratado de danza mantiene ocupado durante la lección a Baltazar de Rojas Pantuflas, un alumno tan aventajado como despistado de la escuela del estricto maestro Rigodón de Magnadanza. Baltazar, junto a Chacona y gracias a las melodías de Templacuerdas y Soplacañas, aprenden las danzas que se bailan en la Península Iberica hacia el siglo XVIII. Pavanas, folías, villanos y sardanas, canarios y matatxines…el maestro Rigodón no se cansa de enseñar las danzas de la tierra…
Pero los jóvenes han sentido voces llegadas de Francia. Dicen que allí ahora se baila la chaconne, la gavotte y el minuet. Unas danzas complicadas y elegantes con coreografías bellísimas que hechizan incluso al propio rey! Y qué ganas de ir a Francia y qué curiosidad por aprender el minuet! Dicho y hecho, vamos a Francia! Los jóvenes marchan llenos de preguntas y vuelven cargados de ilusión y de nuevas danzas, de elegantes vestidos y bellas melodías que el maestro Rigodón, escéptico primero e intrigado después, aprende y baila… aunque a la catalana!
Qué impacto tuvo la derrota de la Guerra de Sucesión en nuestra cultura festiva?
Este espectáculo de Xuriach, en formato reducido, muestra cómo las danzas que se bailaban a comienzos del siglo XVIII en lugares tan populares como el clos de Barcelona o la rua de Carnaval, convivieron durante unos años con los nuevos repertorios procedentes de Francia.
La derrota de la guerra, aceleró la sustitución del antiguo estilo por el nuevo, principalmente en los “saraos” de los salones aristocráticos.